“El diagnóstico creo que lo tenemos y ahora hay que atacarlo”, aseguró esta mañana Quique Hernández, en la rueda de prensa previa al partido ante el Deportivo Alavés. Optimista, como siempre, y responsabilizado ante la importancia del partido del próximo domingo, Hernández insistió en que “ante la dificultad, hay que crecerse” y recordó que “queda mucha Liga” y que “todo está en nuestras manos”. “Pensamos en positivo, en levantarnos rápido y no rendirnos”, concluyó.

“El diagnóstico creo que lo tenemos y ahora hay que atacarlo”, aseguró esta mañana Quique Hernández, en la rueda de prensa previa al partido ante el Deportivo Alavés. Optimista, como siempre, y responsabilizado ante la importancia del partido del próximo domingo, Hernández insistió en que “ante la dificultad, hay que crecerse” y recordó que “queda mucha Liga” y que “todo está en nuestras manos”. “Pensamos en positivo, en levantarnos rápido y no rendirnos”, concluyó.

El entrenador del Hércules destacó de su próximo rival su “velocidad” y que es un equipo “que sabe lo que quiere”. “Está claro que es un partido especial, ante un equipo que podemos considerar un rival directo”, explicó Hernández, quien también valoró positivamente la actitud de su grupo después de la última derrota: “El futuro depende de nosotros, tenemos en la mano la capacidad de que las cosas vuelvan a su cauce. Estamos en una fase de buscar la cohesión y de adaptar a toda la gente nueva que somos”.

Quique Hernández también mostró su satisfacción por la inclusión de Noe Pamarot en la convocatoria y explicó que el jugador “se ha forzado” en el entrenamiento de hoy hasta tener buenas sensaciones: “Lo importante es lo que dice el futbolista y él dice que está para jugar”. La presencia de Pamarot es importante para ayudar a curar uno de los problemas del equipo en los últimos partidos, la defensa. En este sentido, Hernández reconoció que es una de las preocupaciones y afirmó que “hay que construir el equipo, tapando las vías de agua”.