El navegante Cocúa Ripoll acaba de llegar a Alicante después de 2 años y 9 meses cruzando los mares para llegar a la Antártida. Durante este viaje se enfrentó a todo tipo de riesgos que afrontó junto a su bandera del Hércules. En esta aventura se ha encontrado con todo tipo de gente con los que ha compartido su sentimiento por nuestro club ya que “soy y seré siempre herculano”.
Cocúa Ripoll afirmó haber realizado este viaje por motivación personal. Al navegante le avalan años de experiencia realizando viajes transatlánticos, incluso ha realizado varias veces la vuelta al mundo pero nunca se había enfrentado a un reto de tal calibre, algo que “llevaba pensando desde hace tiempo”. Durante este viaje ha visitado muchos lugares y ha pasado por situaciones extremas, con un tiempo totalmente perjudicial para navegar, pero que supo cómo continuar pese a estos inconvenientes.
En su barco Archibald, siempre se pudo ver colgada la bandera del Hércules debajo de la española. Para el navegante no hay “nada más alicantino y emblemático” que la bandera del equipo de la ciudad, por ello siempre la llevaba colgada en representación de Alicante, su ciudad natal, y el Hércules, su equipo. Durante el viaje ha pasado por innumerables estados donde aprovechaba para explicar a los ciudadanos que es el Hércules, ya que en algunos sitios no era conocido. Ripoll explicaba a estos el significado del Hércules para todo alicantino y el sentimiento y pasión de los alicantinos por su equipo local. Encontraba siempre esta conversación ya que “el fútbol une a los pueblos, y yo soy y seré siempre herculano”, explicó Ripoll.
Durante este viaje ha encontrado dificultades para estar informado sobre la actualidad de su equipo, ya que el único medio con el que contaba habitualmente era la radio exterior española, donde se dedicaban más a hablar del Real Madrid y del F.C. Barcelona, pero estaba siempre pendiente para cuando hacían algún resumen de la jornada y poder escuchar el resultado del Hércules. Cuando llegaba a alguna ciudad aprovechaba para conectarse a internet y, a parte de hablar con su familia, buscar resúmenes del Hércules y seguir la evolución del club a lo largo de las temporadas disputadas en estos casi 3 años. El navegante comentó como anécdota que en muchos países le preguntaban si era del Barça o del Madrid y él, orgulloso, les contestaba que era del Hércules, que como alicantino debía ser herculano.
El viaje lo realizó solo de Alicante a Buenos Aires, una vez en Buenos Aires contactó con 3 amigos navegantes que le acompañaron en su travesía. Cocúa Ripoll recordó su paso por el cono sur americano por sus condiciones de “mucho frío y hielo”, pero pese a ello, afirmó ser una experiencia inolvidable habiendo podido visitar sitios que “muy poca gente ha tenido la oportunidad de ver”. Durante el viaje llegaron a temer por poder seguir y por su vida, ya que en los sitios cercanos a la Antártida no había una posible ayuda ante cualquier problema. Ripoll resaltó su paso por Cabo de Hornos ya que se enfrentaron a un viento de 110 nudos.
Respecto a su viaje de regreso, algo más placentero, Ripoll fue solo desde Buenos Aires hasta el Caribe, una vez allí le acompañó un amigo suyo de Madrid. Juntos escuchaban los partidos por la radio y discutían sobre fútbol, donde Ripoll siempre sacaba a relucir su herculanismo.
Finalmente, Cocúa Ripoll quiso mandar un mensaje a todos los herculanos:
“La afición debe seguir apoyando al equipo. Llegará el día que estemos donde tenemos que estar, que no es otro lugar que la Primera División. Hay que seguir apoyando al equipo siempre, en cualquier lugar. Macho Hércules.”